domingo, 6 de marzo de 2016

Pretty Bollo -cap 141 y 142-

Macarena Wilson lo tiene todo. Futura heredera de una de las bodegas más prestigiosas del país, joven, inteligente, rica y atractiva, ve como la vida pasa por su lado sin poder disfrutar plenamente de ella. Una vivencia en su pasado,  maniata su capacidad de entregarse física y mentalmente a otras mujeres, cuando en medio de su controlado mundo de supervivencia, Esther García, una inusual y carismática mujer,  se cruzará en su camino de la forma más inverosímil, abriéndole una puerta que Maca no creía necesitar.

Juntas entablarán una relación comercial que las arrastrará sin esperárselo a profundizar en sus miedos y verdades. Algo que parecía fácil y seguro, se convertirá en el huracán que arrasará por completo sus cómodas vidas.

141

Las luces se encendieron, las puertas se abrieron de par en par, y el salón empezó a llenarse de colores provenientes del vestuario de los invitados. Maca llegó a tiempo, Kate y Bea se colocaron a su lado, y entre las tres dieron la bienvenida y dirigieron las relaciones públicas de aquel acontecimiento que sin duda daría de que hablar. A las diez y media, el acto de presentación tomaba comienzo.

- ¿Lista? –le preguntó Bea a Maca, mientras entre bambalinas esperaban a que Kate la presentara-.
- ¿Aún no ha llegado, no? –le preguntó por décima vez Maca-.
- No cariño, pero seguro que no tarda. Es que el tráfico está fatal –la quiso tranquilizar Bea-.
- Tienes razón. Es que estoy un poco nerviosa, y no quiero hacer esto sola –se justificó Maca mientras nerviosamente empezaba a frotarse las manos en forma de tic-.

Bea la observó, era evidente que el paréntesis que Esther había impuesto en aquella relación de dos, había minado la poca seguridad que Maca poseía en su parcela personal. Instintivamente tomó las manos de Maca, ésta se giró para mirarla tras notar aquel calor ajeno.

- ¡No estás sola! –le dijo Bea con sinceridad-. Todo va a ir bien, y Esther debe estar a punto de llegar, así que súbete ahí y coronemos esto como se merece.

Maca le sonrió y luego asintió, tomó aire y escuchó como su nombre salía por los altavoces del recinto para luego ser secundado por los aplausos. Tomó aire y subió al escenario. Los focos la acompañaron durante su caminar por la pasarela, el corazón le dio un vuelco al recordar lo vacía que se sintió la última vez que se vio obligada a presidir un acto parecido. El recuerdo de los acontecimientos que desencadenaron su encuentro con Esther atravesó fugazmente su cabeza, miró acto reflejo al reservado de prensa, los flashes le impidieron ver con nitidez así que alcanzó el micrófono que Kate le tendió.

- A por ellos fiera -le susurró Kate tras darle dos besos y cederle el puesto presidencial-.

Maca sonrió por aquel comentario. Volvió a centrar su vista al frente sintiendo como Kate y Bea permanecían tres pasos tras ella, arropándola. Sus padres la miraban expectantes, el resto de asistentes también lo hacía, se sintió extraña. Nuevos flashes y aquel silencio, la figura de una joven fotógrafa que peleaba por obtener un hueco para verla, apareció. Maca se le quedó mirando fijamente, el remordimiento le tembló en los ojos, la joven fue dibujando una tímida sonrisa en señal de perdón, y luego se volvió a ocultar en un segundo plano. Maca tomó aire, que distinto era todo… que distinta se sentía ella. Cogió el micrófono:

- Buenas noches a todos, y sobre todo gracias por haber acudido a esta cita con nosotros. Este proyecto ha acompañado a la bodega Wilson durante años, pero hoy por fin toma forma y vida, gracias a la confianza que mi padre depositó en mí y al buen hacer de un equipo sensacional que ha sabido encaminar este proyecto de expansión desde su nacimiento. Gracias Bea, gracias Kate… -les dijo Maca girándose hacía ellas y mirándolas añadió-. Gracias por mostrarme la cara más humana de esta moneda, lo cual no es fácil.

Kate le guiñó un ojo en señal de complicidad, Bea le sonrió. Maca asintió aprobativamente y nuevamente se dirigió a la sala.

- Hoy, las bodegas Wilson se complacen en anunciarles su incorporación al mercado europeo, y al igual que esperamos se abran las puertas de los países que acogerán lo mejor de nuestros viñedos, estamos encantados de poder abrirles a ustedes una muestra del colorido que nuestras tierras son capaces de dar… -en aquel momento una de las puertas colaterales se abrió, Maca se quedó blanca al instante-.

El silencio hizo que la gente se mirara y empezara a aplaudir, no sabiendo muy bien si había terminado o no aquella presentación. La mano de Kate robándole el micro la hizo volver en sí. Maca se dejó conducir por el brazo de Bea unos pasos hacia atrás mientras Kate finalizaba aquella labor.

- Para todos ustedes…. Lo mejor de la reserva vinícola andaluza -anunció Kate y la música cambió a la par que los aplausos se volvían a alzar-.

Las tres mujeres se retiraron tras las bambalinas, mientras el desfile tomaba forma.

- ¿Estás bien? –le preguntó Bea mientras la ayudaba a sentarse-.

Maca parecía no reaccionar.

- Kate, trae agua -le pidió su mujer y Kate no tardó en pillar un botellín de una de las barras-. Maca, bebe un poquito…

Maca la miró, miró la botella de cristal y comprendió lo que se le pedía. Bebió de un trago un cuarto de botella.

- ¿Qué hace aquí Azucena? –preguntó reaccionando al estímulo que la había dejado temblando allí afuera-.

Kate miró a Bea sin entender, pero Bea si lo comprendía.

- Maca, estaba en la lista que te pasé, aprobaste su invitación hace unas semanas –le dijo Bea calmadamente-.
- ¿Yo? De qué lista…. –Maca se paró en seco, por su cabeza el recuerdo de los ansiolíticos y aquel día de trabajo nefasto volvió a su cabeza-. No me lo puedo creer…

De un salto Maca se puso en pie, como animal enjaulado empezó a andar de un lado a otro.

- No lo entiendo, no recuerdo que la invitáramos, me acordaría si hubiera aparecido su nombre en las listas provisionales… -decía Maca-. ¿Con quién viene? ¿Quién la invitó?

Kate seguía sin comprender, Bea se le acercó resignada.

- Fue tu madre –le contestó Bea-.
- ¡Mi madre! –reafirmó Maca no dando crédito-. Mi madre… joder…. joder… joderr…. Me cagoooooo en mi puta suerte… -escupió Maca que en un arrebato de furia la prendió a patadas con una de las cajas que había por allí-. ¡Mierda!
- Maca tranquilízate… no es tan grave, ha venido mucha gente, así que con ir evitándola será suficiente. Te la quitaremos de encima –le aseguró Bea-.
- Y si hace falta a patadas, pero deja tú de darlas, por favor - la secundó Kate-.
- ¡Joder, pero porqué esta mujer no me entiende! ¿Por qué no deja que sea yo quien elija con quién quiero estar? ¡Es mi madre! Se supone que tiene que estar de mi lado –decía Maca incapaz de comprender como su madre había sido capaz de no decirle que Azucena vendría a la presentación, aun a sabiendas de conocer que Maca pensaba presentarle a su actual pareja aquella misma noche-.
- Las madres son así, siempre creen saber lo que es mejor para una. No lo tomes a mal, pero les pasa a todas y la tuya no es una excepción –le dijo Kate dándole una palmadita a Maca de ánimo-.
- Con lo nerviosa que estaba Esther ya por conocer a mis padres y ahora esto -dijo Maca en alto mientras sus pensamientos corrían. Alzó la mirada-. ¡Dios Esther! Tenéis que ayudarme con esta tía, no quiero que se acerque a Esther -les pidió Maca-.

Bea entendió que Maca tenía miedo de que Esther volviera a espantarse, y aunque no le pegaba nada el achantarse a la Esther que ellas habían conocido, el apuro de Maca las hizo prometer que se aunarían para que todo fuera bien aquella noche.

El final del desfile y una nueva intervención de Maca comunicando la entrada a la cata de los productos, las hizo volver a la realidad del acto. La sonrisa cínica de Azucena, que orgullosa como un pavo se había asentado al lado derecho de su madre en primera fila, se le clavó en las retinas despertando toda la furia que durante mucho tiempo fue incapaz de utilizar hacia aquella mujer. Era el momento de dejar de huir.
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142

- Lo siento, pero no pueden pasar –le repetía el jefe de seguridad a las dos mujeres-.
- ¿Está usted de broma? ¿Sabe usted quién es esa mujer? –le decía Eva al gorila mientras señalaba a Esther que trataba de contactar con el móvil de Maca-. La novia de Maca Wilson, así que mire su jodida lista, o si no avísela para que pueda aclarar este error tipográfico, porque le aseguro que se le va a caer el poco pelo que tiene en cuanto ella se entere sino lo arregla.
- Sólo hago mi trabajo, lo siento, pero tengo órdenes de no dejarlas pasar –anunció el hombre-.

Esther colgó el teléfono tras aquella respuesta.

- Como qué... es usted gilipollas o… -Eva estaba dispuesta a lanzarse al cuello de aquel hombre cuando Esther la sostuvo-.
- Eva, ¡ya está bien! –le ordenó tajantemente, luego la retiró y se acercó al hombre un poco aturdida-. Perdone a mi amiga por favor, está un poco nerviosa, no le gusta que la hagan esperar –la justificó Esther-. ¿Ha dicho usted que alguien le ha ordenado que no nos deje pasar?

El hombre se quedó un poco aturdido, aquella información era confidencial pero a él se le había escapado después de aguantar media hora de pelea con aquella rubita que aún le miraba con ganas de sacarle los ojos detrás de Esther.

- Lo siento, no puedo dejarles pasar, es mi trabajo compréndanlo –les pidió el hombre-.

Esther empezó a sentir el inicio de un tifón por sus venas. Algo no iba bien. Agachó la mirada y reculó, Eva la cogió del brazo.

- ¿Pero qué haces? ¿es qué nos vamos a ir? –le preguntó Eva que ya tenía los soldados en primera fila de acción-.
- Esto no me gusta Eva, esta presentación es muy importante para Maca y algo no va bien. Ya lo has oído, alguien no quiere que entre a esta fiesta. ¿No te das cuenta? No puedo montar un espectáculo para entrar, y tampoco puedo entrar para que se monte un espectáculo. No pienso echar a bajo el trabajo de Maca, no merece la pena. Sea lo que sea lo que está pasando, lo aclararé con ella cuando esto termine, pero esta noche nada ni nadie va a estropear esta presentación ni siquiera yo, ¿de acuerdo? –le dijo Esther cogiendo a Eva por los hombros-.
- De acuerdo, tú mandas –asintió Eva pero cuando Esther se giró para descender los peldaños y volver al coche sus palabras la detuvieron-. Si prefieres dejarla ahí dentro sola, para que se las apañe a sabiendas de conocer lo mal que lo pasa en estos actos, es cosa tuya. ¡Viva el amor!

El recuerdo de Maca descompuesta ante la presión de lo social se evocó en su cabeza con nitidez. De pronto se vio de nuevo contemplándola palidecer, reflejada en sus ojos vidriosos y el cuerpo de Maca compulso por el temblor de sus piernas entre sus brazos. La imagen de una mujer se evocó nítidamente como si en su cabeza se hubiera encendido una luz.

- ¡No puede ser! –susurró para sí, pero la yugular empezó a palpitarle y la sola idea de estar en lo cierto empezó a tensar cada fibra de su ser-.

Eva sólo pudo apartarse de su camino, Esther volvió a alzarse ante la puerta y llamó al jefe de seguridad solicitándole que le confirmara si un nombre estaba en la lista. El hombre dudó en hacer lo que le pedía, pero Esther se lo rogó con tal necesidad que el hombre se saltó el protocolo confirmándole que Azucena ya estaba dentro de la sala.

Desde aquel momento ya nada más importó. Esther cogió su teléfono y no paró de hacer llamadas hasta conseguir el número reservado de la sala. Al cabo de quince minutos consiguió que alguien consintiera pasarle la llamada y buscar a Maca… por lo visto, el acto de presentación había empezado, y Maca estaba en el escenario supervisando el acto.

- No, no… espero… -le decía Esther al joven que saltándose las normas, prometía pasarle con Maca-.

Esther escuchó los aplausos, y el anuncio de que la catación de vinos daba comienzo. Miró el reloj, al menos parecía que el acontecimiento iba bien y a su hora. Se imaginó que Maca aún estaría a salvo tras el escenario, arropada por Bea y Kate, tenía que conseguir entrar antes de que Maca pasara al salón con los invitados.

- Vamos… vamos… -susurró Esther que andaba de un lugar para otro a la espera-.

De pronto una voz conocida alcanzó el teléfono dándole luz verde.

- ¿Esther? ¿Dónde estás? ¿Te ha pasado algo? ¡Maca está histérica! La zorra de su ex ha venido –la atropelló Kate-.
- Kate, Kate… ahora te lo cuento, pero por favor ven a la puerta principal. Alguien ha prohibido mi entrada explícitamente y llevo aquí cerca de una hora –le dijo Esther-.
- ¿Cómooo? ¿Pero qué diablos…..? –Kate no daba crédito-. Quédate ahí, voy para allá.
- Vale –le dijo Esther-. ¡Ya está!

Le anunció Esther a Eva mientras colgaba el teléfono.

- ¡Por fin! –resopló Eva con alivio, luego se puso a la altura de Esther-. ¿Preparada?

Esther se giró hacia su derecha para mirarla, Eva identificó aquella mirada desafiante de su amiga y sonrió.

-  ¡Esa zorra está muerta! –sentenció Eva por las dos-.


Ya no hacía falta hablar, alguien acababa de interponerse en la relación equivocada.

1 comentario:

  1. Muchas gracias por seguir con la historia. Va genial, me esta encantando.

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