Lo guardaba como mi pequeño “tesoro secreto”. Como aquello
que no quieres contar en alto, para que nadie opine, nada influya, para que
nada lo cague… ni fechas, ni tiempo, ni gente ni aire. Pero claro, en esta
estrategia de silencio se me escapó algo importante, mi boca. Mi boca que no
sabe estarse quieta cuando algo empieza a emocionarme y poco a poco me
revoluciona. Soy sincera y honesta por naturaleza, si me preguntas directamente
es muy difícil que no responda salvo que despiertes en mi una gran indiferencia
o no sea el momento de darte una respuesta. Por eso cuando un día mi madre
empezó a hablar de fechas vacacionales dije a uno de sus planes: “Yo en esa fecha no puedo ir”
Mom: ¿No puedes?
Yo: No, no puedo
Mom: ¿Y por qué no
puedes?
Yo: Porque me voy a
Calpe –mierda ya lo había dicho-.
Mom: ¿A Calpe? ¿Y eso?
¿A qué vas tú a Calpe?
¡Ya estábamos! Podría haberle dado una excusa, haber
mentido, pero francamente ni le vi necesidad ni soy de ese tipo de personas.
Así que le conté a mi madre mis planes, no me apetecía destaparlo tan pronto porque
como he dicho era “mi tesoro secreto”, mis vacaciones privadas, un espacio para
mí, pero lo hice y su respuesta fue positiva animándome con la idea. El caso es,
que pasó y no se volvió a hablar de ello, hasta que un día comiendo otra vez
con mis padres regresó la charla de vacaciones y fechas…
Dad: ¿Entonces qué
sería, para primeros de junio? ¿o cómo?
Mom: No, para principios
de junio no, que Rosana no puede –osease yo-.
Dad: ¿y eso?
Mom: ¿Ah, aún no te lo
ha contado?
Creo que en ese momento vi lo que se me avecinaba, y tragué
rápido lo que había en mi cuchara.
Dad: No… ¿qué pasa en
Junio?
Mom: Que te lo cuente,
que te lo cuente… que se va a Calpe de fiesta
Nota mental: “Gracias
mamá, si yo a veces no se callarme las cosas, desde luego si sé de quién me viene”.
Pues ahí que nos fuimos, de nuevo la tapadera “levantá”. Como
he dicho, no veo necesidad en mentir, y menos a mi gente. Así que mientras
disimulaba jugando con mi plato de comida, le empecé a explicar a mi padre que
me había comprado la estancia para un fin de semana en Calpe, porque había allí
organizado un encuentro donde se iba a hacer senderismo, excursiones… Mi padre
sonreía, yo le explicaba que habría talleres, conocería a gente, había playa,
partidos, piscina… vamos la verdad, pero mi madre debió pensar que me dejaba
algo sumamente importante en todo lo que decía, y como ELLA SI QUE NO SE CALLA
NADA, soltó la definitiva…
Mom: Juan, que la niña
se va a una excursión para lesbianas.
En ese momento sentí un gran calor por dentro y no era de la
comida, porque hacía al menos diez minutos que no me entraba ni un solo
bocado. De pronto miré a mi padre, el cual casi reía. Igual es que debo estar muy
graciosa cuando me pongo roja, porque nunca he sabido guardarme las expresiones
faciales para mí sola. Defectos de una. Pensé en acto reflejo… “oh tierra, trágame. ¡Trágame! ¿Me pasarán a
mí sola estas cosas?”, pero agudicé mis recursos y empecé a hablar estoicamente.
Yo: bueno sí, claro,
es para lesbianas… para chicas –creo que ahí tartamudee un poco. Joder, es que
son mis padres-. Pero eso no es lo importante - dije yo convencida. Mi vena “Sage”
gritó en mi cabeza un “hostia que no”, pero disimulé-, la cuestión es que va a
estar muy bien y que van a hacer….
Ahí empecé de nuevo con la “retaila” de todo el súper
programa preparado para OlaGirls y
de lo genial que estaría. Lo cual no sirvió de mucho, porque cuando ya me di
cuenta que todo estaba bien, y que la calma volvía a mí, mi madre para variar
volvía a sorprenderme.
Mom: bueno, bueno…
pero tú ahí ojito. Tú con mucho cuidado, que esas cosas siempre se desmadran y
no te vayan a meter ahí, nada en la bebida.
“¿En serio mamá?....
jajajajaja….”. Creo que en ese momento me relajé del todo y aunque me sentí
de nuevo como si tuviera diecisiete años, mis ojos de treinta y seis los
miraron con ternura, comprendiendo lo que hacían. ¡Protegerme! Aceptarme,
respetarme, pero como siempre… protegerme.
Yo: No va a pasar nada,
mamá. Yo ya sé que tú siempre me verás como tu hija, pero jolín, que a los
veintitrés salí de casa para compartir mi vida, ¿y ahora te vas a preocupar por
que me vaya un fin de semana?
Ella se quedó tranquila (al menos aparentemente), había dicho
lo que me tenía que decir, y mi padre y yo seguimos hablando un rato más para
luego cambiar a otros temas. De esta anécdota sobre todo me quedo la gran
suerte que tengo de tener los padres que tengo… en realidad, de toda la familia
que tengo. En esa conversación pasé de sentirme adulta a adolescente… y de
adolescente avergonzada por hablar según que temas con mis padres, a adulta de
nuevo que un día cuidará de ellos como ellos cuidan ahora de mí.
La vida es un preciado ciclo que debemos afrontar con humildad,
alegría, y sobretodo valentía. Por eso cada día espero, ser tan consciente como
lo soy ahora mismo, de que cada mañana que amanecemos, es una nueva oportunidad
para hacerlo aún mejor.
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Y ahora te lo cuento, de tú a tú:
Como te decía en facebook, como me he reido, madre mía que situaciones te pasan. Es que hasta te he visualizado ahí medio atragantada, jajajaaj. Tienes suerte, como tu dices de tener los padres que tienes. Y como dice tu madre, ten cuidado con lo que te pongan en la bebida, eh!!!. No sabes la envidia que me das, joia, lastimita de fechas, me caguen... sino, te haciamos compañía.
ResponderEliminarJajajaja... Pues no me atragante de milagro, pero vaya que calor, calor, sentí a lo grande porque no me lo esperaba. Gracias, ya se que tengo suerte. En cuanto a la envidia... Mmm... Pues ojalá hubiéramos coincidido. ;-)
EliminarBesitos
PD: jajajja le haré caso a mi madre, aunque yo no bebo y eso. E recuerda que tengo otra anécdota jajaja
Por cierto se me ha olvidado decirte, que cambies la foto de blog, mujer que ya es primavera, jajajajaa. Donde esta la S de SuperSage, esa que salta y salta de impaciencia en tu interior.
ResponderEliminarQuita, quita... Yo ahí de intelectual disfrazada, que ya nos tocara enseñar cacho en el Olagirls. Lo digo porque es verano, la playa, las piscinas... No me seas mal pensada... Jajaja. Pues eso, la superaste que se quede de momento escondida que ya me esta dando para salar. Jajaja
EliminarCuidate
Hola,
ResponderEliminarQ tronchon de risa. Si tienes suerte de tus padres. Yo tampoco me puedo quejar de mi madre. Lo q pase se quede en Calpe...un poco de vidilla al cuerpo.
jajaja... pues sí, lo que pase en Calpe que allí se quede, y también en nuestra memoria, que los cotillas ya se apañarán. ;-)
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