“DIBUJADA EN MI MENTE" (TOMO 2)
(Fanfic escrito para el foro Maca y Esther –Hospital Central-, por Sageleah)
DESCRIPCIÓN:
Una estudiante de bellas artes con gran talento y una inocencia casi mágica, se adentrará en la edad adulta hipnotizada por una estudiante de medicina mayor que ella y un abismo de vivencias que las separan. Juntas descubrirán los claros-oscuros que la pasión y el amor encierran, en un relato donde el crecimiento personal y la lucha por ser uno mismo, combate con el equilibrio de forjar una unión entre dos mujeres, sus anhelos y sus miedos.
93
Madrid.
Eran las tres de
la tarde cuando el despertador de Maca empezó a sonar. Las urgencias se habían
complicado y no había podido llegar a casa hasta las ocho y media de la mañana,
todo un reto para la carente concentración que gobernaba a Maca desde que no
conseguía ponerse en contacto con Esther. Apagó el sonido del despertador y se
dirigió al cuarto de baño. A las seis entraba de nuevo en el hospital y sabía
que no sería persona hasta pegarse una buena ducha. Se enfundó el albornoz y
fue hasta la cocina a prepararse algo de comer en cuanto terminó de asearse.
Verónica había dejado una nota en el frigorífico y un taper que llevaba su
nombre.
-
Dios, cómo te quiero…. Espaguetis a la boloñesa,
mis preferidos.
Maca anotó
mentalmente agradecer a Verónica que pensara en ella, últimamente parecía que
las tornas se habían cambiado y era Verónica la nueva cocinitas de la casa. Por
fin había encontrado un hobby más allá de sus ligues. Puso el taper a calentar
en el microondas y mientras fue a su armario a cambiarse. En el proceso miró la
pantalla de su móvil y vio que había nuevos mensajes. Distraída cogió unos
vaqueros limpios y al ver el icono de Esther en la pantalla, se olvidó del
resto. Rápidamente abrió la pantalla que contenía su mensaje:
“Siento mucho no haberte respondido antes.
Sé que debes estar preocupada, y no quiero que lo estés, es sólo que… sigo
procesando lo de Verónica. No esperaba que entre nosotras hubiera secretos, no
de este tipo y me está costando asimilarlo. Sé que quieres hablar, francamente
hubiera preferido que lo hubieras hecho antes… ahora mismo soy yo la que no
sabe que decirte. Por momentos estoy furiosa, por momentos estoy triste y en
cambio hay otros en los que te entiendo, y no comprendo porque me comporto así.
Necesito acomodar ciertas cosas, dame tiempo”.
Maca se sentó de
golpe en la cama. “¿Qué le dé tiempo? ¿Qué coño significa que le dé tiempo?”.
Se puso de pie y cogió el teléfono fijo para marcar la extensión de Amsterdam,
nada. No había nadie en casa a aquellas horas. Nerviosa anduvo un rato de un
lado para otro releyendo una y otra vez aquel mensaje, finalmente respiró y
trató de tranquilizarse.
-
Está bien, no pasa nada…. No te pongas paranoica
–se dijo a sí misma Maca y se sentó para escribirle un mensaje a Esther-.
“No quieres que me preocupe, pero me pides
tiempo y no entiendo a qué te refieres. De verdad Esther, necesitamos hablar,
si tú no sabes que decir, al menos escúchame a mí, porque te aseguro que no soy
persona sabiendo que estás enfadada conmigo. Quiero saber qué es lo que pasa,
quiero saber cómo estás y qué piensas… Por favor, no te comas la cabeza de esa
forma, te aseguro que Verónica es sólo una amiga, nada más. Sé que al
ocultártelo parece otra cosa, pero no lo es… te estás haciendo daño
inútilmente, tienes que confiar en mí. Por favor, habla conmigo, peléate,
grítame, lo que quieras… pero por favor hablemos. Hoy trabajo de tarde noche,
pero te llamaré desde el hospital, necesito escuchar tu voz y saber qué es lo
que está pasando. Te quiero, no lo olvides”.
Después de
aquello, Maca no pudo tomar bocado. Un agujero enorme se instauró en su vientre
y su cabeza.
…
Amsterdam.
A pesar de tener
el móvil en silencio, sintió su vibración en el bolsillo. Esther llevaba toda
la mañana esperando tener noticias de Maca, y cuando leyó su mensaje el corazón
se le puso en un puño. Esther, le había escrito un mensaje antes de desayunar
con Alex, antes de confesarle que tenía ciertos deseos, que su beso no era todo
lo accidentado que creía… antes de poner palabras a sentimientos que ya no
podía obviar sin más. Todo estaba acelerado y confuso en su cabeza, en sus
entrañas y empezó a sentirse angustiada. Maca tenía razón, necesitaban hablar,
pero ¿qué coño iban a decirse? ¿cómo iban a solucionarlo?
….
-
¡Por fin te encuentro!
Esther se giró
al escuchar la voz de Kate en la puerta. Incapaz de aguantar más la presión que
sentía, Esther había decidido aislarse en una de las aulas para alumnos de la
facultad y trabajar un poco. El dibujo ahora mismo, era lo único que la
mantenía ausente del resto.
-
No sabía que me andabas buscando –le dijo
Esther-.
-
Te he llamado un par de veces, pero estás fuera
de cobertura. Por suerte, he mirado el registro de las aulas porque tenía que
firmar unas cosas y he visto que habías reservado esta –Kate se sentó en el
suelo en cuanto llegó al rincón donde Esther se había sentado con un gran bloc
de dibujo en su regazo-. ¿Cómo estás? Ayer me dejaste francamente preocupada,
¿lo sabes, verdad?
-
Lo sé, perdona –se disculpó sinceramente Esther
por ello-.
-
No te disculpes, simplemente habla conmigo. ¿Qué
ha pasado? Sé que últimamente he estado un poco ocupada, pero es que de la
noche a la mañana me encuentro con esto, y me sorprende que si estás mal por
algo no recurras a mí.
La mirada de
Kate tenía un punto de tristeza que Esther nunca le había visto antes y se
sintió fatal por ello. La relación que existía entre ambas era difícil de
definir, porque no era maternal ni fraternal, pero tampoco era una amiga más
como Laura ni tampoco como Alex. Kate para Esther era una mezcla de todas
juntas y de ninguna a la vez, y eso hacía que entre las dos hubieran lazos
complicadamente estrechos y una distancia nacida desde el respeto y la
admiración, que no sentía por nadie más que conociera a esos niveles. Bajo su
mirada comprensiva y expectante, Esther empezó a contarle a Kate todo lo que le
había pasado últimamente, todo excepto lo de Alex.
-
Esther, ayer hablé con Maca –le dijo finalmente
Kate tras escuchas su visión-. Estaba bastante mal porque no te localizaba y al
final me contó lo que le pasaba. No voy a disculpar que haya abierto una brecha
en vuestra comunicación y que bueno, la distancia, las inseguridades, y el que
no haya contado contigo para ciertas decisiones, te haya hecho sentir en cierto
modo traicionada; pero en el fondo sabes que te quiere, que os queréis, y pese
a que tenga más experiencia con mujeres, Maca no las tienen en el terreno
afectivo ni en las relaciones, nunca tuvo que pensar en nadie más que en “uno”,
y esto de ser “dos” lo está aprendiendo, supongo que como tú. La conoces, sabes
que dice la verdad cuando te dice que sus intenciones eran buenas, tratando de
no ponerte celosa o darte preocupaciones que pudieran perjudicar a tus
estudios. Ha cometido un gran error y lo sabe, ¿no crees que podéis hablarlo,
solucionarlo? Francamente, yo no lo veo tan grave, simplemente trató de ayudar
a una amiga y se equivocó en las formas al ocultártelo para no preocuparte.
Esther escuchó
todo lo que le dijo Kate, y hasta se sintió mal por el silencio que había
mantenido hacia Maca desde que estalló todo. Se sintió mal hasta que Kate
pronunció aquel “no lo veo tan grave”, y el recuerdo de la cercanía de
Verónica, su risa, su perfume y sus labios, volvieron a ser presente en su
memoria besando a su novia.
-
No… no me puedo creer que tú también digas eso
–en un segundo por los ojos de Esther pasaron el desconcierto, el dolor y la
rabia todos de golpe-.
Kate la vio
alzarse del suelo de un bote sin entender qué estaba pasando para que de pronto
Esther se pusiera así de alterada.
-
Esther… -Kate quiso averiguarlo-.
-
Quizá es que soy más cría de lo que me pensaba,
sí debo serlo, y … ¡Bendita la hora!, porque te juro que no reconozco ese mundo
en el que tu novia pueda besarse con su “amiga” en los pubs sin que suponga
absolutamente NADA. ¡No puedo creer que todas penséis lo mismo! Hasta Alex le
restó toda la importancia, olvidarlo y ya está, eso dijo…. Y yo aquí como una
gilipollas, muerta de celos, con toda esta culpa…. pero para vosotras no es
nada –Esther ya divagaba, furiosa, y se encogió de hombros expresando
resignación e ironía-. Esto de llamarlo madurez tiene que ser todo un chollo.
Que Verónica y Maca se enrollan en el pub, pues NADA, como son amigas… que no
me contengo y voy y beso a Alex, pues NADA… Borrón, y listo. No pasa nada, lo
olvidamos y ya está…. ¡PUES NO, YO NO SOY ASI! –estalló aún más Esther-. No
puedo olvidarlo, no quiero olvidarlo… no quiero ser esa persona a la que no le
importa que su novia se morree y duerma en la misma cama que una de sus ex
amantes a la que ahora llama “amiga”, y me siento como una auténtica mierda
porque yo también he besado a alguien que pensaba que era sólo una amiga, y
ahora sé que los sentimientos no se están quietos, que lo etiquetado cambia, y
que por mucho que quiera no puedo hacer como si nada. Las cosas pasan, los
actos importan, y no puedes simplemente ignorarlos. ¡SÍ, ES TAN GRAVE! De ese
adjetivo depende el valor e importancia de un sentimiento. La NADA, mide eso…
NADA.
Kate se quedó
mirando su explosión hasta quedar con la boca abierta, aplastada por la
información que no poseía y que Esther acababa de escupir como metralla.
Completamente asombrada por descubrir el complejo, profundo, apasionado,
racional y a la vez turbador ser que era Esther en realidad. A Kate le pareció
excepcional que fuera capaz de expresar todo aquello en voz alta.
Temblando de
pies a cabeza, más que de miedo de rabia, Esther luchó por recobrar el aliento.
Los ojos de Kate estaban puestos en ella, y durante unos instantes no supo
interpretar su mirada.
-
¿Maca se besa con Verónica? –preguntó entonces
Kate, y Esther asintió-. ¿Lo sabes, o es una suposición tuya?
-
Mi amiga Laura las vio enrollándose en el pub, y
cuando le mencioné a Maca que sabía lo suyo con Verónica, no lo negó,
simplemente dijo que no era lo que parecía y que sólo eran amigas –a Esther le
temblaban hasta las pestañas al recordarlo-.
-
Vaya, ese dato no lo sabía
-
Supongo que cómo para ella carece de
importancia, ni lo menciona; pero yo no puedo evitar pensar en cuántas cosas
más hace y no me dice, en qué más cosas me miente, me excluye, me engaña…
Kate se acercó a
ella porque veía que poco a poco volvía a encenderse y francamente, empezaba a
temer por el daño que podía hacerse a sí misma de continuar en ese círculo de
impotencia y rabia.
-
Kate, ¿por qué lo ha hecho? –Esther se refugió
en su pecho y entre sus brazos-.
Kate la acogió y
la contuvo lo mejor que pudo.
-
No lo sé cariño, quiero creer que todo ha sido
un malentendido, pero si no lo es… no sé por qué ha cometido tan “grave” error
A Esther no le
pasó desapercibido el énfasis en la palabra “grave”, y se limpió los ojos para
poder mirarla a la cara.
-
Siento lo de antes –se disculpó con ella,
Esther-.
-
Yo no –le dijo Kate-
Luego le
acarició la cara borrando los restos del llanto y su mirada se volvió tan
profunda y seria sobre ella, que Esther quedó petrificada por su presencia.
-
Tú también has cruzado las líneas, por lo que he
entendido, has besado a Alex –le dijo Kate, y no parecía ningún reproche sino
la constatación de un hecho-.
-
Lo sé –Esther tembló-.
-
¿Y qué vas a hacer con ello? –quiso saber Kate-.
-
No lo sé, Alex dice que por ella está todo
olvidado, lo achaca a lo que me está pasando con Maca y a que bebí esa noche,
pero…
-
¿Pero? –Esther era toda una caja de sorpresas, y
Kate la estaba abriendo-.
-
Desde que la besé ya no puedo negarme cosas que
me pasan con ella, cosas que ya me pasaban con ella, y eso me hace dudar de que
la razón de que haya llegado tan lejos no sea por Maca… quizá sí lo sea, o sólo
un poco, pero tengo sentimientos por Alex y no sé ni qué son, ni cómo ni a
dónde me conducen, pero están en mí.
-
Pero… ¿tú aún quieres a Maca? –Kate también
empezaba a estar confundida. La franqueza apabullante de Esther, la descolocaba
por entero, quería entenderla-.
Una lágrima
resbalada por la mejilla de Esther contestó a la pregunta más que su propia
voz.
-
¡Madre mía! ¡Madre mía! –Kate volvió a abrazarla
sin saber qué más decir-.
Si fuera otra
persona la que estuviera entre sus brazos, pensaría que era una confusión
juvenil que pronto pasaría, pero era Esther quien se hallaba entre ellos y algo
le decía que dentro de ella algo acababa de romperse.
No te quiero ni un poquito estas semanas...
ResponderEliminarOhhhh.... que cositas más feas me dices... sniff!! lloro por dentro :P
EliminarMás encima va de cachondeo ella .... (¬_¬)
EliminarA propósito como yo no soy Kate y no tengo su vasta experiencia en humanos (?) quiero una traducción plausible de esa lágrima de Esther ¿Quiere o NO quiere aún a Maca? ...manda egg ufff
jajaja... tendrás que esperar, doña "practicidad".
Eliminar:PPPP
sin palabras.... OLE, OLE y OLE... la mejor descripción de Esther jamás vista
ResponderEliminarClaramente, quiere a Maca, pero también a Alex.... estoy deseando saber cómo sale de esta situación =)
Gracias María, menos mal que alguien entiende a mi personaje de Esther.
EliminarEstate atenta, porque las fichas se están moviendo.
Un saludo! gracias por comentar
Que me estas contandoooooooooooooooooo!!! MEntalmente te quitare el washapp >_<
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