lunes, 3 de diciembre de 2012

Lesbianas en sudáfrica

La vida de las mujeres lesbianas de raza negra no parece valer nada en Sudáfrica. Hacia mitad de noviembre saltó la noticia de una nueva muerte, la de Sihle Skotshi, una jovencísima jugadora de fútbol asesinada por un grupo de salvajes.
Hoy pasado ya un poco de tiempo, después de procesar lo horrible que me parece, y de ser plenamente consciente de las desigualdades que hay a lo largo del planeta en torno a los derechos humanos y especialmente del colectivo LGBT, recupero esta noticia para aquellas que desconozcan lo que pasa más allá de nuestras fronteras. Porque es necesario no cerrar los ojos, es necesario unirnos en una misma fuerza y sobretodo es necesario no dejar en el olvido, ni la lucha ni el sufrimiento ni la muerte de todas aquellas que por amar a alguien de su mismo sexo, otros sin ningún derecho ni ante Dios ni ante los hombres, le arrebataron cruelmente lo único que verdaderamente le pertenecía, su vida.

Noticia del 12 de noviembre del 2012. Vía Dosmanzanas.com:
Sihle Skotshi se encontraba en compañía de dos amigas en Phillipi, un suburbio de Ciudad del Cabo. Al abandonar un local las jóvenes se toparon con una banda formada por al menos cinco hombres, que les recriminaron “estar en su territorio” y las atacaron. Skotshi fue herida en el pecho con una pequeña lanza. Otra de las jóvenes fue herida en un brazo, mientras la tercera pudo escapar y pedir ayuda. Sihle Skotshi murió finalmente en el hospital. La muerte de la joven, de solo 19 años, ha sido difundida por Ndumie Funda, directora de Luleki Sizwe, una organización de ayuda a jóvenes lesbianas víctimas de las terribles “violaciones correctivas”. Sihle Skotshi formaba parte del grupo de mujeres atendidas por esta organización.
Sudáfrica es el único país del continente africano en el que las personas LGTB tienen reconocida su igualdad legal, gracias al avanzado marco constitucional surgido tras el final del apartheid. Pero la homofobia social sigue siendo un muy grave problema. En dosmanzanas hemos recogido en el pasado algunas muestras (como la decisión de la Asamblea Nacional de Líderes Tradicionales de pedir que se elimine de la Constitución la cláusula que garantiza la igualdad de las personas LGTB, los comentarios homófobos del rey de la nación zulú, la elección de un juez homófobo para presidir la Corte Constitucional o la elección como embajador en Uganda del homófobo Jon Qwelane). Otro desgraciado episodio ha sido la muerte de varios hombres gays en Johannesburgo en circunstancias parecidas a lo largo de los últimos tres años, que solo recientemente ha sido reconocido por la policía de Sudáfrica como la obra de un asesino en serie.
Pero si hay un capítulo especialmente atroz es el de la violencia contra las mujeres lesbianas, ejercida numerosas veces en forma de “violaciones correctivas” que con frecuencia llegan al asesinato. Un delito que tendría como objetivos “curar” a las mujeres  lesbianas de las cuales se conoce su homosexualidad y, en último  término, “castigarlas”. En dosmanzanas también hemos recogido varios casos, como el de una adolescente de 13 años violada en Pretoria en mayo de 2011; el de Noxolo Nogwaza, activista brutalmente violada y asesinada en abril de 2011, o el de la futbolista Eudy Simelane, también violada y asesinada en el año 2009. No son más que la punta del iceberg: se calcula que solo en Ciudad del Cabo se producirían cada semana hasta diez violaciones de este tipo.
No fue hasta mayo de 2011 que el Gobierno de Sudáfrica decidía crear una comisión para perseguir los crímenes de odio de raíz homófoba, después de que la plataforma change.org le hiciera llegar una petición firmada por 170.000 personas en la que se pedía al Gobierno que tomara cartas en el asunto (una iniciativa promovida por activistas lesbianas locales).
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Nuestra consciencia es el primer paso para cambiar el futuro. ¿No crees?

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