“DIBUJADA EN MI MENTE" (TOMO 2)
(Fanfic escrito para el foro Maca&Esther –Hospital Central-, por Sageleah)
DESCRIPCIÓN:
Una estudiante de bellas artes con gran talento y una inocencia casi mágica, se adentrará en la edad adulta hipnotizada por una estudiante de medicina mayor que ella y un abismo de vivencias que las separan. Juntas descubrirán los claros-oscuros que la pasión y el amor encierran, en un relato donde el crecimiento personal y la lucha por ser uno mismo, combate con el equilibrio de forjar una unión entre dos mujeres, sus anhelos y sus miedos.
62
Laura y Eva se
miraron sin saber qué hacer cuando extrañadas por el repentino parón de Esther
en mitad del pub miraron hacia la escena que su amiga observaba. Una rubia
espectacular coqueteaba abiertamente con Maca, y a ella no parecía para nada
importarle. De pronto Esther retomó su camino hacia la barra.
-
¿Qué hacemos? –preguntó Eva algo inquieta-.
-
Ir con ella, qué vamos a hacer sino… -le dijo
Laura cogiéndola de la mano-.
-
Joder… pues como sea lo que parece, menuda
apertura de año vamos a tener –se quejó Eva por lo bajo, pero en cuando Laura
le dio un codazo no tuvo más remedio que callarse y seguir a aquellas dos por
el pub-.
Maca sonreía y
se divertía con las tonterías y proposiciones indecentes que le hacía Verónica
cuando divisó a Esther acercándose a ellas. Con una sonrisa plena esperó a que
llegara hasta la barra, la había estado esperando con impaciencia desde que
habían dado las doce de la noche, pero la acusación atípica que había en su mirada
la cogió por sorpresa.
-
Hola
La sequedad de
su saludo aún terminó de descolocar más a Maca, que tras ver la mirada que
Esther le brindaba a Verónica entendió que debía estar celosa por lo que había
visto.
-
¿hola? ¿eso es todo? –Maca trató de fingir que
no se había dado cuenta de los recelos de su novia, y se apoyó en la barra
hacia ella con una sonrisa-… Anda ven aquí –la llamó Maca con el dedo para que
se acercara. A Esther le costó desviar la mirada de pocos amigos que le dirigía
a Verónica, la cual aún sonreía en su taburete, para prestar atención a Maca,
pero finalmente lo hizo-… Feliz año nuevo, preciosa – la saludó con ternura
Maca, y su tono meloso captó por entero la atención de Esther que pronto se vio
recompensada con un beso tierno de sus labios-. ¿Cómo ha ido la cena? ¿todo
bien? –se interesó Maca por su noche-.
-
Comida hasta salirse por las orejas, pero sí,
todo bien –se relajó Esther tras sentir las atenciones sin dobleces de Maca-. A
mi madre le hubiera gustado que pudieras venir…
-
¿Sí?... jajaja… pues no te lo tomes a mal, pero
por ese lado me alegra no haber tenido más remedio que trabajar porque aún me
tiemblan las piernas de pensar en afrontar a tu madre a solas –le contestó Maca
con sinceridad y aquel comentario hizo sonreír por primera vez a Esther-.
-
¡tremenda cobarde estás hecha! –se burló
despiadadamente de ella-.
-
Jajajaja… todo sea por salvar el pellejo –le
contestó Maca con un juego gracioso de cejas-.
Esther le lanzó una mirada recriminatoria que terminó con otra carcajada
de Maca. Laura y Eva llegaron en aquel momento.
-
Eiii…Maca… feliz año nuevo –la saludó Laura-.
-
Feliz año nuevo pareja –les respondió Maca,
mientras se erguía sobre la barra para darles dos besos-.
-
¿Cómo va eso, Maca? Menuda movida hay aquí esta
noche… eh? Al final el cotillón ha salido redondo –introdujo un poco de
conversación Eva-.
-
Sí, la verdad es que a la gente parece que le ha
gustado la idea, porque han cumplido con las reservas, estamos hasta los topes
–le contestó Maca y se disculpó con ellas un segundo mientras ponía un par de
copas-.
En cuanto volvió con ellas, Maca volvió a ver la tirantez que Esther
tenía en la mirada, y la picardía que sin embargo Verónica guardaba en su
sonrisa mientras callada no hacía más que mirar a las chicas del local y de vez
en cuando a ella y a Esther. “Joder, Vero…” pensó Maca y tomó cartas en el
asunto.
-
Ah, por cierto… que no os he presentado ¿no?
¡Vero, Vero…! –la llamó Maca para que volviera a acercarse al grupo-. Verónica,
esta es Esther… mi novia.
-
Ohh… “tu novia” –Verónica no pudo evitar ser
maliciosa en aquel término, le hacía mucha gracia ver a la nueva Maca que tenía
ante sus ojos-. Todo un placer.
-
Esther, Verónica… mi amiga de Sevilla –terminó
las presentaciones Maca-.
-
Lo mismo digo –correspondió Esther a los dos besos
exagerados de Verónica en sus mejillas, y se dio cuenta de que aquella mujer no
sólo la estaba repasando con la mirada, sino que también sus manos se habían
deslizado descaradamente por sus brazos hasta sus caderas-.
Maca contempló
con consternación la escena. “Genial… encima decide hacer de las suyas”, pensó
y antes de que las cosas se le fueran de las manos, se quitó el delantal de la
cintura y le pidió a una compañera que la cubriera. En menos de cinco minutos
Maca ya había cruzado al otro lado de la barra y se había puesto entre las dos.
Esther la miró con mil preguntas en su rostro, Verónica sin embargo empezó a
saludar por su cuenta y riesgo a las otras dos mujeres con las que Esther había
llegado, le parecían bastante atractivas.
-
¿Bailamos? –le propuso Maca a Esther-.
Pero antes de
que respondiera, Maca ya tiraba de ella hacia la pista.
-
Ahora volvemos –se disculpó Maca con las chicas
y se mezcló con la gente del local-.
Poco a poco,
ambas serpentearon entre la gente hasta la pista de baile. En cuanto tuvo a
Maca a solas frente a ella, Esther no pudo morderse por más tiempo la lengua.
-
Un poco suelta “tu amiga”, ¿no? –comentó Esther-
-
La verdad es que nunca se le ha dado bien
mantener las manos quietas –le contestó Maca en tono jocoso sin esperarse ni
las preguntas ni las reacciones que Esther tendría-.
-
Supongo que eso lo dices por experiencia propia
–Esther se le quedó mirando, ver a Verónica coqueteando con Maca no le había
hecho demasiada gracia, pero ver a su novia tan encantada de la vida aún le
había gustado menos-. ¿Os acostabais juntas, no?
-
¿Qué?!!.. jaja… –Maca no pudo evitar soltar una
risa ante aquella pregunta-.
-
¿Que si Verónica y tú os acostabais juntas?
–Esther no sabía de dónde había salido aquella vena masoquista que poco a poco
se iba apoderando de ella, quería saberlo-.
-
Esther… no creo que… -Maca no quiso tomárselo en
serio, Esther nunca se había mostrado “especialmente” celosa-.
-
O sea, que es un sí –se contestó a si misma
Esther, una nueva oleada trepó por sus venas-. ¿Hace años, tal vez? O aún…
-
¡Esther! –Maca se puso seria viendo lo que se
avecinaba-. ¿A qué viene todo esto?
-
Es simple curiosidad, se os veía muy
compenetradas antes de mi llegada en la barra –empezó a explotar Esther casi
sin darse cuenta-.
-
¿de qué demonios hablas? –Maca no sabía a qué se
refería, que ella supiera no había hecho nada malo con Verónica-.
-
¡¡¿En serio?!!... ¡pero si casi os estabais
comiendo la boca cuando he llegado! –un tremendo latigazo sacudió a Esther
perdiendo toda cordura-
-
¡¡¡QUÉEE??!!! –Maca la miró incrédula, ¿de dónde
coño se había sacado Esther aquel disparate?- Esther, entre Verónica y yo no
hay nada.
-
Pero lo ha habido… -Esther no quería oírla-
-
Bueno sí, lo hubo… -Maca aun no entendía que
diablos estaba pasando, veía como Esther quería declararle la guerra, pero no
iba a dejarla y menos por nada-, pero de eso ya hace tiempo, desde mucho antes
de que tú y yo estuviéramos juntas.
-
¡Ja! ¡Y voy yo, y me lo creo…! -Esther se
sorprendió tanto de aquel comentario como lo hizo Maca. Jamás había dudado de
la sinceridad de Maca, ¿por qué quería empezar a hacerlo ahora?-.
Maca se sintió
golpeada de pronto, y el verlo reflejado en su rostro hizo que Esther
reaccionara.
-
Perdona… perdona… -Esther se abrazó a ella
completamente aturdida, sintiendo una gran necesidad de que Maca olvidara lo
que acababa de insinuarle-. No, no lo he dicho en serio…
Maca se dejó
abrazar, y la abrazó a su vez contra su pecho. Aún no sabía qué diablos había
pasado allí, aquellos arrebatos sin sentido no eran propios de Esther.
-
No pasa nada, no te preocupes… ¿estás bien? –la
tranquilizó Maca, en realidad estaba preocupada por ella-.
-
No sé lo que me ha pasado… no sé lo que me pasa
últimamente, ¡me estoy volviendo loca! –murmuró Esther mientras abrazaba más
estrechamente a Maca hasta hundirse en su perfume-.
Maca sintió los
dedos de Esther apretándole la cintura, la espalda. El recuerdo de haber vivido
aquella pasión desbocada de Esther la tarde que la arañó cruzó por su mente.
-
No estás loca, sólo un poco celosa… pero yo
nunca te traicionaría, ¿lo sabes, verdad? –Maca quería tranquilizarla al
respecto-.
-
Sí –contestó Esther, aunque por dentro un mar de
sensaciones batallaban con aquella sola idea-.
-
Te he echado de menos… tenía muchas ganas de
verte, de eso puedes estar segura –dulcificó su voz y su rostro Maca para que
Esther pudiera imitarla… por suerte, surtió efecto-.
-
Lo estoy, perdona lo de antes… de verdad que no
sé lo que me pasa últimamente... –respondió Esther aún angustiada-… también te
he echado de menos… mucho… mucho
Maca quiso
detener sus temores y atrapó la cara de Esther entre sus manos, la acercó más a
ella y la besó. Durante largos minutos ninguna de las dos se atrevió a romper
el hechizo que el estar juntas les producía.
…
Maca tuvo que
volver al cabo de un rato para atender la barra, y Esther y las chicas
decidieron bajar a la pista a bailar con sus copas en la mano. A pesar de que
había mucha gente, las atenciones que despertaba Verónica a su alrededor hizo
que Esther no pudiera olvidarse de ella. “La rubia”, tal y como Esther había
decidido renombrarla, era una auténtica encantadora de serpientes y lo peor es
que no se cortaba ni un pelo para ligar a la vez con dos, tres o las que
hicieran falta. En poco tiempo ya disponía de un auténtico harén de chicas disputándose
sus encantos mientras bailaban a su alrededor. Su prepotencia y descaro aun
mosquearon más a Esther, aunque lo que más le cabreaba sin duda era reconocer
que a ella también le parecía una mujer muy atractiva… “Mierda… encima tiene
una risa preciosa”… pensó justo en ese instante Esther al escuchar su carcajada
en el paréntesis musical, y aquel reconocimiento hizo que una sensación rara y
molesta se fuera asentando en ella.
-
¡Por fin… ya soy libre! –le susurró de pronto
Maca a su espalda, y Esther dio un respingo-….jajaja… ¿te he asustado?
-
¡¡Joder…. Tú qué crees! –le contestó Esther con
el corazón latiéndole a mil por hora-. ¡¿Pero a ti te parece normal asaltar a
la gente así?!
-
Jajaja… perdona cariño –se disculpó Maca ya
abrazándola por la espalda como si fuera un auténtico peluche, le encantaba
sentirla contra su cuerpo-.
-
Casi me da un infarto… no deberías acercarte
sigilosamente a la gente –siguió quejándose Esther, aunque se sentía derretida
desde el mismo instante que había notado la nariz de Maca entre su cabello-…
puede que pienses que es una de tus mejores armas seductoras, pero en realidad
es un verdadero atentando contra la vida.
-
¿En serio? –Maca escuchaba sus reproches
divertida-… pues espera a que estemos en casa, eso sí que van a ser verdaderos
atentados… pienso declararte literalmente la guerra
Esther sintió tras escucharla una presión casi inmediata en el centro más
íntimo de su ser, pero aún así resistió en pie ante las mieles que prometía
aquella voz susurrante en su espalda.
-
¿Ah sí? –se hizo la interesante-.
-
Sí –contestó con rotundidad Maca estrechándola
con más fuerza contra ella-. Creo que tu perfume tiene algo de afrodisiaco…
-
Jajaja… ¿en serio? –Esther no pudo evitar reírse-.
-
Ajá… -murmuró Maca apartándole el pelo del
cuello para besarla-.
A Esther se le
puso la piel de gallina cuando sintió aquellos labios carnosos y húmedos que
reconocía sobre la piel desnuda.
-
Creo que vamos a tener que llamar a tu madre o a
Cruz…. Me estoy poniendo malísima –siguió con sus declaraciones Maca-.
Pero si a una de
las dos le faltaba la respiración era a Esther que sintió sus dientes
mordisqueándole el cuello y la humedad de su lengua ascender hasta su oreja.
Incapaz de contener el calor que se había apoderado de repente de ella, Esther
se dio la vuelta encontrándose con los risueños ojos de Maca que claramente
encontraron en su rostro lo que iban buscando.
-
Deja de provocarme… -le dijo Esther, y Maca
sonrió con maldad-
-
¿Yo? ¿Provocarte? -Maca no pudo ocultar lo mucho
que le divertía aquel juego-
Esther alzó una
ceja amenazante contra ella, Maca en su defensa se vistió con una sonrisa
brillante.
-
¡Eres increíble!
Le dijo Esther,
y acto seguido la cogió de la camisa y tiró de ella arrastrándola a un beso que
especificaba muy claramente la temperatura alcanzada tras aquel coqueteo.
-
¡Guauuuu!! Vosotras dos sí que andáis
necesitando un hotel…
Aquel inesperado
comentario tan cerca de su espalda hizo que Esther se despegara abruptamente de
Maca.
-
Si queréis me voy con vosotras... Soy
superamoldable, ¿verdad Maca?... jajaja…
Y por la risa
Esther supo antes de terminar de darse la vuelta de quien provenían tan
descarados e inapropiados comentarios. “La rubia”, pensó Esther que cambió del
rojo fuego al negro satánico de golpe.
-
Joder Vero… vas super mamada, tía –Maca sin
embargo no le dio ni la menor importancia a sus comentarios y se acercó a ella
sin darse cuenta de las reacciones de Esther-… A ver… mírame… -Maca le quiso
coger la cara para mirarle los ojos, pero Vero la enganchó de la cintura
sensualmente con una facilidad que a Esther la cogió desprevenida. Verónica
besó a Maca en un abrir y cerrar de ojos ante ella-…. ¡JODER VEROOOO! –Maca se
apartó de ella rápidamente, molesta, pero para nada sorprendida, todo lo
contrario de Esther que se había quedado tan perpleja que no pudo reaccionar en
aquel instante-.
-
Jajajaja… pero si sólo ha sido un beso de nada… anda no te enfades –Verónica no
parecía para nada arrepentida-.
-
¿Vero, te has metido? –Maca trataba de que la
mirara aún, pero Verónica entre las risas y constantes coqueteos a todas las
que pasaban la esquivaba con facilidad, hasta que le cogió de la cara-. ¿Qué
coño te has metido, Vero?
Esther siguió tras Maca sin decir palabra, de pronto entendió por el
comportamiento agitado de Verónica y por la dureza que blandía su novia en la
cara de que “la rubia” había tomado algo más que alcohol.
-
¡Estoy bien! Sólo han sido un par de pastillas…
tranquila… joder, que es fin de año no el fin del mundo… tampoco es para tanto
–le contestó Verónica ahora cabreada por la forma en que la miraba Maca-…
¡Maldita sea Maca! ¡No me jodas! Y aún menos me mires así… que tú ahora quieras
fingir porque tienes novia que eres “doña santa casta y pura”, no te da derecho
a mirarme recriminatoriamente como si tú nunca te hubieras metido.
La cabeza de
Esther rodó de Verónica hasta su novia… “¿Maca ha tomado drogas?”… la pregunta
se formuló en su cabeza con asombro. De pronto ante aquella rubia y extraña
mujer, una imagen desconocida de Maca empezaba a abrirse paso.
-
¿Cuánto hace que te las has tomado? –Maca no le
hizo ni el menor caso, simplemente se miraba el reloj de muñeca-.
-
Jaja… ¿cuándo?... ¿no me digas que ahora vas a
hacer de mi médico…? ¡Me encanta cuando jugamos a médicos! –le dijo Verónica
tonteándole de nuevo-.
Pero con aquella
evasiva a su pregunta Maca ya había obtenido lo que necesitaba, y la cogió del
brazo con fuerza arrastrándola.
-
¡Espera aquí! Ahora vuelvo –le ordenó Maca a
Esther, y ella fue incapaz de llevarle la contraria. Nunca la había visto así
de cabreada-.
Laura y Eva que
habían divisado por casualidad la escena se acercaron a Esther al ver como Maca
arrastraba por la pista a Verónica.
-
¿Qué ha pasado? ¿a dónde van con tanta prisa?
–le preguntó Laura desconcertada por las pataletas que la rubia estaba teniendo
durante el trayecto, y la severidad con la que Maca seguía arrastrándola con
ella-.
-
Creo que Maca va a hacer que vomite o algo…
-sospechó Esther-.
-
¡¿Qué?!
Las dos miraron
a Esther sin entender nada, y ella aprovechó para explicarles lo que había pasado
antes de que llegaran.
Continuará...
Me emocione al ver que ya habia otro capitulo el dia de hoy!! Me cae mal Vero... pero creo que se pondra interesante :)
ResponderEliminarMuchas gracias!!!
Gracias a ti por seguir esta historia aunque sea anónimamente.
EliminarVamos a ver que pasa en posteriores capítulos ;)
Un saludo!