El tema es que un padre llamado Cecil Chao (buaa... a cualquiera le llaman padre ahora), multimillonario de Hong Kong, pasándose por el forro los sentimientos de su hija Gigi, ha publicado un anuncio en el que ofrece 65 millones de dólares al "don juan" -varón por supuesto- que consiga enamorar a su hija. ¿Por qué?, os preguntaréis. ¿Es que la chica es tan fea que no encuentra novio ni príncipe azul? Pues no, es que es LESBIANAAAAA...y ya ha encontrado a su princesa, pues se casó con ella a principios de año después de siete años de noviazgo en Francia.
¿Entonces qué pretende este señor? Pues nada, a parte de humillar a su hija tratándola como una mercancía y uno más de sus proyectos empresariales, pues negar ante todo el mundo que su hija se haya casado con una mujer y viva abiertamente su lesbianismo (como si de un capricho adolescente freudiano se tratara), por no mencionar el ponerla en peligro porque a saber cuanto necesitado se le va a aproximar a esta pobre chica para cazar la recompensa. ¡Sí, señor! A eso lo llamo yo ser un buen "papá".
¡Tío, te has lucido pero bien... bien mal!
No hay comentarios:
Publicar un comentario