La empresa de Pedro Wilson, está a punto de sacar al mercado un láser quirúrgico que revolucionará el mundo de la medicina, el cual ha sido creado por una joven prodigio en ingeniería robótica que resulta que además es su hija, Macarena Wilson. Sin embargo, otros intereses ocultos acechan al proyecto y amenazan con cambiar el futuro de Maca para siempre, si finalmente su trabajo sale a la luz en toda su magnitud. Con la amenaza de perder a su hija, Pedro aceptará la contratación de Esther García, una mujer misteriosa que tomará las riendas de la empresa en pro de un único fin, proteger a la joven. Algo que no le será fácil, dado el espíritu rebelde, guerrero y liberar de Maca, que ajena a lo que sucede a su alrededor, verá a Esther como su única amenaza.
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Maca anduvo desliando los archivos que ELISA había comprobado, no sabía
que buscaba exactamente, pero de lo que sí estaba segura era de que no se
trataba de nada de lo que estaba leyendo. Las carpetas estaban llenas de
información que ya conocía, actualizaciones del proyecto, maquetas,
porcentajes, estadísticas... albergaba la esperanza de hallar algo que
explicara todo el embrollo, aquel interés desmedido por su proyecto, pero allí
no había nada. Se dejó caer sobre el respaldo de su sillón decepcionada
mientras jugaba con el cubito de hielo que quedaba en su vaso de refresco. Lo hizo girar en el vaso distraídamente y de
pronto, fue como si se lo susurraran. Miró el hielo derretirse, y luego miró a
la pantalla, para volver a recaer en el agua en que se trasformaba el hielo.
-
¿Y si?... -la posibilidad le aceleró el pulso sin pretenderlo-.
Buscó entre sus aplicaciones, y encontró un procesador de fotografía,
pero no le servía. Buscó entre varios filtros de retoque fotográfico, y
entonces abrió la base de programación... modificó a toda prisa el lenguaje
básico, creando un código que pudiera servirle. Cuando lo terminó, aplicó los
cambios a las carpetas de archivos del DMIT. Mientras esperaba que finalizara
el proceso, sus dedos tamborileaban nerviosos sobre la mesa, por fin ELISA le
dio la confirmación. Volvió a abrir las carpetas, pero no había cambios, todos
los archivos permanecían iguales, hasta que de pronto... ¡Allí estaba! En una
de las carpetas, habían aparecido dos subcarpetas con código de seguridad que
antes habían permanecido ocultas. Maca aplicó un programa descifrador para las
contraseñas, pero eran códigos de 26 dígitos alfanuméricos con combinación de
cuatro niveles.
-
Mierda.... -no era imposible descifrarlo, pero le frustraba tener que
esperar para hacerlo-. ELISA, carga el ABRE-LATAS...
-
Listo! -le indicó ELISA mientras aplicaba el programa que se le pedía a
ambas carpetas-.
-
¿recuento? -le preguntó Maca-.
-
Proceso de nivel 8, probabilidad del 93% de acierto, tiempo estimado 20
minutos -le dijo ELISA-.
Maca resopló, tendría que esperar. Incapaz de permanecer sentada anduvo
por la habitación, eran casi las nueve pero Eva aun no había llegado aunque
había hablado con ella y sabía que pronto llegarían a recogerla. Se preparó
otro refresco y se entretuvo como pudo. Ya iba a tirarse de los pelos cuando
ELISA le dio luz verde. Maca se sentó enseguida frente al monitor, lo que
estaba buscando estaba allí. Clickeo sobre una de las carpetas e introdujo la
contraseña, y entonces se abrió un sin fin de carpetas catalogadas por fechas.
De pronto una fecha le llamó especialmente la atención, y al abrirla soltó un
grito ahogado. Ante ella aparecieron fotos del entierro de su madre. No podía
creerlo. Tras la sorpresa abrió frenéticamente una por una aquellas carpetas,
lo que estaba allí era su vida. Un seguimiento exhaustivo de lo que habían sido
sus tres últimos años. Maca se obligó a repetirse que Esther ya la había
advertido de que hacía tiempo que la vigilaban, pero que te lo dijeran y verlo
con tus propios ojos eran dos cosas muy diferentes. Entonces encontró archivos
de texto, y ante ella se abrió una especie de diario con notas que describían
su trayectoria.
-
Premio académico de ciencias experimentales... control de radio
frecuencia... diseña sistema rudimentario de alerta en su cuarto, programación
avanzada.... -todo estaba allí, desde su currículum académico hasta los diseños
y proyectos que había llevado a cabo de adolescente sólo por pura rebeldía y
con pretensiones de guardar su intimidad-.
De pronto Maca se sentía mareada. Se había dado cuenta de que todo había
sido inútil, pues frente a ella se plasmaba toda la intimidad que había
pretendido guardar, y toda aquella información había sido recopilada por
desconocidos. Era extraño y asustaba.
Incapaz de detenerse ante la verdad, se obligó a seguir revisando una
por una cada carpeta. Había tanta información que cada dato era una apuñalada.
Le llevaría días revisar con detalle cada foto, cada nota... entonces se
preguntó que abría en la otra carpeta que tenía contraseña, le parecía
imposible que se pudiera almacenar más información dado lo que estaba viendo.
Clikeo la carpeta y marcó la segunda contraseña, sólo habían dos archivos y
aquello despertó más su curiosidad. Pinchó sobre el primero...
“Esther García.... nacida en.... expediente militar.... expediente
académico.... habilidades.... relaciones conocidas.... informe perfil psicológico...
familia.... antecedentes...”
En un primer momento sintió rechazo ante la idea de invadir una
intimidad que no era la suya, pero se sintió atraída como un imán pese a lo que
esperaba, y pronto se vio devorando cada párrafo con avidez. Por lo visto la
vida de la “Comandante” Esther García también estaba sujeta a inspección y
escrutinio.
----
Eva esperó a que Laura se marchara, aquella noche dormiría en casa de Maca,
pese a que los cambios de última hora no le entusiasmaban a Laura.
-
Creo que se ha mosqueado -le dijo Eva a Maca subiendo las escaleras
detrás de ella-.
-
Siento haberos chafado el plan -se disculpó Maca arrugando la nariz-.
-
No creo que sea por eso, creo que su mosqueo tiene que ver con que
sospecha que estamos tramando algo -le dijo Eva imitando su cara-.
-
¿Lo dices en serio? -se preocupó Maca ante aquello-.
-
Tranquila, no creo que se imagine ni de lejos que entramos en la DMIT , más bien creo que
piensa que saldrás corriendo de un momento a otro burlando su seguridad o algo
así. Esta tarde me preguntó por Nando -le dijo Eva-.
-
¿por Nando? ¿y eso? -quiso saber Maca-.
-
Bueno, llevas casi dos semanas sin verlo, y creo que piensa que estás
tramando escaparte para ya sabes... darte un homenaje a telón echado -le dijo
Eva con una sonrisa-. No te lo reprocha, pero es tan estirada con su trabajo
como lo era Esther, y creo que aunque de buena gana se daría la vuelta para
darte un poco más de intimidad, teme no hacer bien su trabajo y defraudar a
Esther con ello. Me he dado cuenta de que la idolatra, hasta he llegado a
pensar si no han estado juntas en plan íntimo, ya sabes.
-
No, no han estado juntas -le dijo de pronto Maca con tal seguridad que
Eva la miró con recelo-
-
¿cómo estás tan segura? -le preguntó-.
-
Es lo que trataba de decirte, pero no he podido porque Laura no nos ha
dejado ni un segundo a solas. Creí que nos iba a pillar cuando te pasé la nota
donde te pedía que te quedaras en casa esta noche -le decía Maca-.
-
Uf, a mí también se me pusieron de corbata, ni te haces una idea de lo
persuasiva que puede llegar a ser cuando quiere -dijo Eva y en sus ojos resplandecía
algo lujurioso que a Maca le hizo poner los ojos en blanco-.
-
Estuve mirando los archivos del DMIT -la atajó Maca antes de que
volviera a ponerse en plan meloso-.
-
¿Qué? ¿Cuándo? ¿por qué no me lo dijiste antes? -las preguntas salieron
atropelladas de la boca de una Eva sorprendida-.
-
Esta tarde, mientras llegabais para recogerme y te lo estoy diciendo
ahora, porque tu novia no nos ha dejado ni a sol ni a sombra -le respondió
Maca-.
-
¿Y qué había? -le preguntó con apremio Eva sentándose en la cama de
Maca, pues ya estaban encerradas en el dormitorio.
-
Tienen un sin fin de archivos sobre mí, y no me refiero a cosas
públicas, sino a fotos y a datos que no se podrían conseguir sin investigarme
de cerca. Ha sido... asqueroso -dijo Maca tratando de controlar su reacción
repulsiva ante aquel hecho-.
-
Ohhh... -exclamó Eva con un hilo de voz-. Esther dijo algo de eso, pero creí
que era exagerado como en las películas.
-
Pues créeme, las películas se quedan cortas para los detalles que he
visto. Tienen hasta una copia de mi expediente médico ¿sabes lo que te digo?
-reaccionaba Maca con rabia esta vez-.
-
Que hijos de puta... -masculló Eva poniéndose del lado de su amiga-.
-
También había información sobre Esther -le dijo Maca mientras apoyaba en
la mesa de su escritorio de cara a Eva, esperaba su reacción-.
-
¡¿De Esther?¡ -la sorpresa se reflejó en los ojos de Eva-.
-
Sí, sus datos académicos, personales... ¿sabías que es comandante?
Bueno, ex comandante, porque dejó el cuerpo hace unos años -le dijo Maca, ella
no lo hubiera creído de no ser por la hoja de honores militar que había visto
adjunta a su historial-.
-
¿Lo dices en serio? -Eva estaba flipando tanto como ella-.
-
Y tan en serio. No sé, cuando me dijo que había dirigido durante un
tiempo el departamento de la DMIT
me imaginé que había hecho vida militar, pero creo que me esperaba ese rollo
que anuncia la tele de obtener tu carrera universitaria por medio del
alistamiento ¿entiendes? -Eva asintió con la cabeza-. Pero no es así, su padre
es General... ¡General! Ella se ha criado en base militar toda su vida, a los
18 ingresó en el cuerpo, tiene licenciatura en derecho, es especialista en
armamento, ingeniería industrial, nueva tecnología y aerodinámica... Es
increíble, si hasta tiene una medalla al honor. ¡Su carrera ha sido meteórica!
¿Puedes imaginarlo? No me extraña que camine tan raro -soltó de pronto Maca,
pues necesitaba relajar la imagen intachable, perfecta y hasta sacrificada que
había visto reflejada en su hoja de vida-.
-
¡Estoy flipando! -anunció Eva con la boca abierta-.
-
Y que yo -se sumó a ese hecho Maca-.
La calidad y cantidad de actos que hablaban de la entrega, disciplina y
fortaleza de Esther era difícil de explicar con palabras, por eso recordar la
pérdida de voluntad que había visto en sus ojos y en su rostro cuando le había
dicho que se había enamorado de ella y que no podía controlarlo, la paralizaba
por completo.
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Pasaron varios días hasta que Maca y Eva consiguieron revisar la
totalidad de la documentación extraída de la DMIT. Tras completar aquella fase,
la verdadera razón de la presencia del gobierno fue difícil de ignorar.
-
Maca, tendríamos que hablar con Esther -tanteó Eva el terreno con
cuidado pero con firmeza-.
-
Ya te he dicho que no -le dijo Maca-.
-
Es evidente que esto no va del láser y que están buscando como
conseguirte a ti. Mira esto... “excepcional capacidad en estrategia de
protección y seguridad informática.... necesaria incorporación de recurso
humano... previsión de seguimiento INDEFINIDO”... ¡Maca, INDEFINIDO! -le repitió
Eva, y al hacerlo era consciente de que le temblaba la voz. No podía imaginarse
algo así-.
-
¡Crees que no lo sé! ¡Estoy cagada de miedo coño! Pero no pienso ir a
refugiarme en las faldas de Esther, está claro que prefiere no estar aquí, y yo
no voy a ir a aprovecharme de sus sentimientos para pedirle que vuelva -estalló
Maca saturada-
Desde que habían descubierto aquel informe la noche anterior, no había
podido dormir, su cabeza le daba vueltas como una noria y sus perspectivas de
tranquilidad se habían esfumado. De nada serviría que el consejo considerara
que el láser era suficiente, ellos volverían a buscar una excusa en su trabajo
para abrir de nuevo la petición. ¿Qué tenía que hacer? ¿dejar de crear?... no
podía, era como pedirle a alguien que dejara de pensar. Por su cabeza había
pasado de todo en las últimas horas, pero no se le ocurría nada. Nada excepto
pensar en Esther y en lo reconfortante que sería que estuviera allí para tomar
el control de aquello, ella tenía esa cualidad, siempre encontraba la salida.
Pero Esther no estaba, en su lugar había un boceto de macho ibérico con el que
ni siquiera hablaba. La perspectiva de contarle lo ocurrido a Raúl le parecía
inviable e inverosímil, correría a decírselo a su padre en el mejor de los
casos y eso supondría mantener a las personas que más le importaban en una
tensión constante. ¿Qué haría su padre o Cruz? Seguramente destinarla a asuntos
empresariales, la consignarían a su función como legítima heredera de la
empresa y se pasaría la vida viendo como otros desarrollaban cosas mediocres
sabiendo que ella podría hacerlo mucho mejor. Sólo tenía 24 años... ¿cómo iba a
atarse de pies y manos a esa edad? Sería como prejubilarse, ¿qué iba a hacer?
-
Puedo ir yo -dijo de pronto Eva deteniendo por un segundo aquel remolino
de pensamientos-.
-
¿tú? -preguntó aturdida Maca-.
-
Yo le pediré a Esther que vuelva, me inventaré algo con respecto a cómo
conseguí los archivos de la DMIT.
-
Sabrá que fui yo, Eva -la interrumpió Maca con cansancio-.
-
¿Bueno y qué? Somos impulsivas y estamos jodidamente locas, pero
mierda... al menos nos hemos enterado de lo importante -Eva detuvo a Maca que
ya empezaba a negar con la cabeza-. NO, Maca, escúchame... necesitamos a
Esther, necesitas a Esther. Ya has visto su expediente, no hay nadie mejor...
nadie. Y si ellos van a seguir ahí fuera esperando, Esther debería entrar en
nómina permanente, porque es la única que va a saber qué hacer al respecto. Te
conozco, tu vida será un infierno si no puedes hacer lo único que sabes hacer,
¿vale? ¡La necesitas!
Maca la miró con el miedo reflejado en los ojos, sabía que tenía razón
pero, ¿cómo pedirle a Esther aquello?
-----
Esther se movió deprisa. Desde el apagón de luz, sus días habían sido
ajetreados e inciertos, pues albergaba sospechas de que algo andaba mal.
Aquella mañana sus sospechas se confirmaron al recibir la llamada de una
persona que le debía un favor.
Miró el reloj, Kate no salía. Le dio una intensa calada a un cigarrillo
y cuando levantó la mirada la vio bajar por las escaleras, se apresuró a
interceptarla.
-
¡¡¡¡¿Has vuelto a fumar?!!!! -Kate no daba crédito a lo que habían visto
sus ojos-.
-
No, es sólo un cigarro.... ¿te has enterado de algo? -la apremió Esther,
no tenía tiempo para reprimendas-.
-
Aquí no, vamos al coche -le dijo Kate más seria de pronto-.
Esther se dio cuenta de que se mostraba demasiado alterada para pasar
como una visita amistosa. De pronto relajó el rostro, y le dio un gran beso a
Kate en la mejilla para disimular. Kate le sonrió entendiendo lo que hacía y la
cogió del brazo. Luego se fueron hacia el coche simulando un simple encuentro
entre amigas. Cuando salieron del aparcamiento, Kate empezó a hablar.
-
Tenías razón, lo del apagón, fue una sobrecarga de energía y el punto de
concentración parte de la planta de la empresa Wilson. Han solicitado permisos
para realizar registro y aunque no se ha concedido pinchar las comunicaciones,
creo que lo están haciendo desde ayer. Esta mañana llegó el recurso, lo han
catalogado bajo presunción de atentado informático, así que no tardarán en
hacer incursiones. Lo extraño es que no lo hayan hecho ya -le dijo Kate
mientras Esther conducía-.
- No, no es extraño -le corrigió Esther-. Ellos
saben perfectamente qué lo produjo, y no les conviene que otras agencias lo
descubran, lo quieren sólo para ellos así que tratarán de retener la información
hasta la vista. No sé cómo van a hacerlo, pero está claro que van a
incorporarlo a la petición del proyecto. ¡Mierda! ¡En qué coño estarían
pensando! -se lamentó Esther enfadada, pues lo que acababa de comunicarle Kate
era lo único que le faltaba para verificar la información que ya tenía-.
Gracias Kate, te debo una.
-
No seas tonta, no me debes nada. ¿Qué piensas hacer? -le preguntó Kate
preocupada, pues sabía que a Esther este caso le afectaba especialmente-.
-
Aun no lo sé.... no lo sé -dijo Esther por lo bajo, mientras su cabeza
trataba de trabajar todo lo rápido que podía-.
---
A la hora de la comida Laura se mostró mas inquieta de lo normal.
-
Voy a por la cuenta -les dijo a Maca y a Eva antes de levantarse-.
-
¿habéis discutido? -aprovechó Maca para preguntarle a Eva-
-
No -le respondió ella-.
- ¿Entonces qué le pasa? No ha
abierto la boca en todo el día -observó Maca a su amiga-.
-
No tengo ni idea, lleva un par de días más tensa de lo normal. Será porque
pronto se celebra la vista, quizá tenga miedo de que nos separemos. Ves, otra
magnífica razón para que hablemos con Esther y que Cruz la convenza de que se
quede dentro del equipo -aprovechó Eva para traer a colación el tema-.
-
No empieces. Ya sabes lo que opino
-le dijo Maca por lo bajo-.
-
Sí, pero yo no pienso que seas una egoísta por pedirle que vuelva.
Además, no eres tan irresistible, y seguro que tampoco eres la primera en
rechazarla, así que sólo tendrá que apechugar. Tú te portarás bien y ella hará
su trabajo, y todos contentos -resumió su teoría Eva terminándose el postre-.
-
Déjalo Eva -le dijo Maca apuntándola con un dedo-.
Eva la miró pero no dijo nada. Quería a Maca, pero ese sentimiento era
precisamente el que esta vez la empujaría a jugar en su contra.
En cuanto Laura dejó a ambas en el trabajo, salió del edificio. Recorrió
media ciudad en moto, asegurándose que no la seguían y aparcó en un callejón
para dirigirse a su punto de encuentro andando. En cuanto cruzó la puerta del
parque, la vio. Se encaminó hacia ella.
-
Perdón por el retraso -le pidió Laura esperando su permiso para sentarse
a su lado-.
- Llegas a tu hora, como siempre
-la corrigió con suavidad Esther y palmeó el lado del asiento libre para que se
sentara- ¿Cómo va todo?
-
Hemos ido a comer y luego las he dejado en la oficina. ¿Se ha confirmado
lo de los permisos? -Laura no estaba para preliminares. Desde que Esther la
había puesto al corriente, su adrenalina estaba a flor de piel. Aquello ya no
era un caso, sino un asunto personal, y es que Eva ahora era su máxima
prioridad-.
-
Sí, y Kate cree que han empezado con las escuchas a pesar de la
denegación de permisos -la informó Esther-.
-
Mierda... -Laura no pudo refrenar el impulso-. Lo siento, es que..
-
No te disculpes Laura, es una mierda, lo sé -la alivió Esther. No
estaban ahora para diplomacias-.
-
¿En qué coño estaban pensando? ¡Ni siquiera las vi venir! ¡Joder! -Laura
luchaba entre la culpa y su propio temor personal con respecto a lo que estaba
pasando-.
-
No lo sé, pero lo que quiera que hicieron ha vuelto a poner sus ojos de
lleno sobre Maca -convino Esther pensativa-.
-
¿Tenemos alguna posibilidad? -se atrevió a preguntar Laura, a la espera
de que Esther le dijera qué tenía que hacer para que todos aquellos temores se
evaporaran con una solución-.
-
Aun no lo sé, tengo que estudiarlo un poco. De momento, encárgate de
instalar distorsionadores de sonido en las líneas telefónicas del edificio, y
duplica el suministro de vigilancia. Por ahora ésto queda entre las dos, no
quiero que Raúl altere ningún patrón en vistas a la resolución de la próxima
semana, cabe la posibilidad de que guarden esta baza para otra ocasión, y dar
un paso en falso podría decantar al consejo a tomar una decisión precipitada
que no deseamos -le dijo Esther-.
-
Entendido -le dijo Laura, mas tranquila tras ver que Esther seguía allí,
al mando-. ¿Alguna otra cosa?
Esther se giró esta vez a mirarla, Laura esperó pacientemente.
-
¿Tendrías algún problema en preparar un plan logístico de salida? -le
preguntó entonces Esther-.
A Laura se le puso la piel de gallina ante la sorpresa que le había
producido aquella noticia.
-
Nnn…no -le tembló sin querer la respuesta-.
-
Entonces hazlo, puede que lo necesitemos -le dijo Esther y se dejó caer
contra el respaldo del banco-.
Laura hizo lo mismo y ambas guardaron silencio con la mirada al frente.
A Laura el corazón le cimbraba, pero no dijo nada. La idea de que Esther
pensara que iban a necesitar un plan de salida significaba armas, reclusión,
retención y sobretodo... peligro. No era la primera vez, por supuesto, sólo que
ahora estaba Eva. ¿De verdad Esther creía que iba a ser necesario? La sola idea
de emprender una huida al margen de la ley con Eva, ya era suficiente para que
le invadiera el miedo.
Continuará....
Me tienes en ascuas! Acabo de leer el relato y ya estoy pensando en cuando publicarás el siguiente.
ResponderEliminarHaces un trabajo magnífico, me encanta como escribes... siempre me quedo con ganas de más.
Un saludo.
Gracias Ana por leer lo que escribo y por hacerme llegar tu opinión comentando en esta entrada.
EliminarSe que la espera en estas cosas no es nada fácil, pero espero que merezca la pena hasta el siguiente capítulo.
Encantada de entreteneros.
Un saludo.